No son los pétalos de tu piel,
Ni el bello aroma francés.
Tampoco el roce de tus dedos
Por todo mi cuerpo.
No es el sonido tierno de tu voz,
No es el sonido tierno de tu voz,
Ni la conquista del corazón.
Tampoco la ropa por el suelo
Acompañando a miles de besos.
No es la seda que te cubre
No es la seda que te cubre
Ni la hermosura que esconde.
Tampoco las palabras de amor
De la mano con tanta pasión.
Me iluminas…
Me iluminas…
Con tu sonrisa divina.
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