lunes, 27 de octubre de 2008

NOCHE III

La cama conversa con su soledad,
Mientras la almohada me dice que no estás.

Hablo con las paredes como un loco
Y les digo a ellas que nunca te ame poco.

Enciendo la computadora y te escribo poemas de amor,
La melancolía no es mi fuerte, solo hablo con el corazón.

El silencio es mi compañero sin tu voz,
No hay gemidos ni jadeos en Do.

Miro tu foto en la pantalla, estás hermosa
Y recuerdo como me gustas sonrojada.

El cabello mojado te sienta bien,
Tu color te delata, es tu sello del ser.

La esencia de tus besos en mis labios.
El fulgor de tus ojos en mis pensamientos.

La calidez de tu cuerpo en mi cama.
La ternura de tu amor en la almohada.

Hola mi amor, como estás?
Dime, a que hora te paso a buscar?

Te extrañe mucho, cada noche más y más,
Tengo poemas que te lo pueden demostrar.

No seas mala con esa carita de santa,
Duerme a mi lado está vida y mil mas.

- Ves? No necesitaste que te dijera nada, leíste y entendiste todo lo que puse para ti… Es verdad te extraño y sonrojada mucho mas. Pronto estarás a mi lado, ya lo se, aunque debes contárselo a tu corazón… Pero te sorprenderás saber que el ya lo sabe desde el día que nos conocimos y dijiste que no estabas enamorada de mi -

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya manera de resaltar el amor en líneas que primero pintaban tristeza... Tienes razón la melancolía la dejas atrás cuando hablas de amor... Abrazos Ale... Hermosa trilogía...

Dulce

Anónimo dijo...

Gracias, me hacia falta leerte y este poema me hizo muy bien. Volvere mas seguido para verte y estar con vos en todo momento. Besitos.

Mariela

ALEJANDRO dijo...

Dulce que debo decirte? Sabes bien que podrías ser tu la protagonista de esto o bien decirte que eres, ya que en muchas partes se parece a la vida real, eso paso y estabas ahi...

ALEJANDRO dijo...

Mariela, cuando quieras pasar puedes hacerlo, no es necesario que dejes huella, siempre encuentro algo para darme cuenta que llegaste

DUELE

 Verte y que no me veas. No me importa que no me saludes, Duele que así seas. Que tengas otro es tu decisión, Al olvido invito yo. Duele que...