SANGRE
En un lugar marginado,
los malditos se encerraron.
No creyeron ni pensaron,
que yo vendría a buscarlos.
La espada desenvainada,
una furia inmensa en la mirada.
¡Caballeros a rezar!
Aunque será el diablo quien se los llevará.
Gritos y maldiciones
lánzan estos remolones.
El día se tiñe de rojo,
la sangre brota de sus poros.
Uno a uno van cayendo,
el grupo se esta dividiendo.
Silencio profundo para la muerte,
en mis manos dejaron su suerte.
¡Mueran de una vez!
Y para siempre...
¡Cobardes!
1 comentario:
Brillante final! Mueran Cobarde! Caballeros infames! Hay tantos que conozco y merecerían morir y caminan como si fueran los mejores del mundo.
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