
Una lágrima por tu mejilla,
tristeza de algún día.
tristeza de algún día.
Decías ser melancolía,
ni una pizca de alegría.
ni una pizca de alegría.
Ahora lo veo, fingías,
siempre fingías...
siempre fingías...
Verte y que no me veas. No me importa que no me saludes, Duele que así seas. Que tengas otro es tu decisión, Al olvido invito yo. Duele que...
2 comentarios:
No es complicado saber para quien es este poema, supongo que la destinataria y musa se llama Valeria, verdad? Hay cosas que se deben olvidar y dejarlas bien enterradas en el tiempo. Las malas madres no van al cielo.
Cruel pero tan real, muchas veces fingimos las cosas y aquí esta el resultado. Ojala que no sigas escribiendo así.
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